Como consecuencia del levantamiento de las restricciones para controlar la pandemia de COVID-19 en el mundo, la demanda por productos y servicios en todos los sectores de la economía está sobrepasando la capacidad de producción y suministro, que se había reducido durante los confinamientos. Esta situación ha provocado un alza en los precios de los productos y presiones inflacionarias en las cadenas de producción. El gas, el petróleo y en general el sector energético, ha sido uno de los más afectados por el alza en los precios.

La demanda mundial de petróleo y gas ha venido aumentando en los últimos 12 meses. Sin embargo, la capacidad producción de estos combustibles no se ha incrementado al mismo ritmo, haciendo que la oferta no sea suficiente para atender las necesidades del mercado.
¿Qué está pasando?

¿Quieres saber cómo se fijan los precios del GNV?
Factores que influyen en los precios finales al consumidor
El aumento del precio de los insumos para la producción
Los esfuerzos mundiales por aumentar rápidamente la capacidad de producción de bienes y servicios han causado que los insumos claves para muchas industrias como el acero, los chips, productos químicos, entre otros; también escaseen y experimenten un aumento de precio ante la alta demanda derivada de la reactivación económica. Esto ha provocado que, en las cadenas de valor de los combustibles, algunas etapas del proceso sean más costosas de operar y mantener. Esto ha impulsado un aumento los costos del proceso y por ende, de los precios para todas las demás partes que participan en la cadena de valor.
La devaluación del Sol peruano frente al dólar americano
El tipo de cambio del dólar americano en el Perú llegó a máximos históricos en el 2021, rompiendo incluso la barrera de los 4 soles. Esta devaluación alcanzó niveles del 12.80% durante el segundo semestre del 2021 y da cuenta de una compleja situación que ha impactado negativamente el poder adquisitivo de los peruanos sobre productos importados.
Particularmente, hoy todos necesitamos más soles para comprar la misma cantidad de un bien que adquiríamos con menos dinero hace un año. Esto ha ocasionado que los precios de todo lo que se relacione con productos o insumos extranjeros, como los combustibles derivados del petróleo, tengan que subir para compensar la perdida de poder adquisitivo.