Existen tres razones fundamentales que explicamos a continuación:
- Una mayor demanda en condiciones de oferta limitada impulsa el alza de precios.
Durante los años más duros de la pandemia, muchas cadenas de suministro vieron reducidos sus ciclos productivos o incluso se enfrentaron a un cierre total de su actividad debido a la falta de demanda y las medidas restrictivas instauradas por los Gobiernos para frenar la propagación del virus. Sin embargo, hoy en día, la confianza de los consumidores ha impulsado una reactivación económica, es decir, creado los incentivos para incrementar la demanda de los bienes y servicios que dejamos de consumir durante esos años.
Esto supone un indicador positivo pero, a la velocidad a la que se está produciendo, también supone un desafío para las empresas, que tras la pandemia aún están trabajando por recuperar sus ritmos naturales de producción enfrentándose a la falta de suministro de materias primas y otros materiales por la crisis logística que aún no se ha superado. Este contexto ha hecho que sectores como el tecnológico o el automotriz, incluso hayan tenido que limitar la venta de algunos de sus productos ante la dificultad de obtener las piezas necesarias para su producción.
En este sentido, una mayor intención de las personas por adquirir bienes y servicios puede provocar un alza generalizada de precios ante las dificultades de las empresas al momento de satisfacer a todos sus clientes. Es mucho más fácil detener la producción de algún bien que reactivarla, y esta condición, crea el entorno de oportunidad para que se produzca un alza en los precios.
- Una mayor circulación de efectivo, fomenta el alza de precios
Por otro lado, la decisión de una mayor cantidad de personas por realizar gastos que durante la pandemia puso en pausa, también es un factor que contribuye al alza de precios en la economía. Esto se produce porque todo el dinero que es gastado por los consumidores, que en otras condiciones podría dedicarse al ahorro o la inversión, entra a sumar en la cantidad total de dinero en circulación dentro de la economía. Provocando que haya un exceso de efectivo disponible para demandar productos que va más allá de lo que el sector productivo puede generar. Una condición que puede motivar un alza en los precios ya que los vendedores, al ver una demanda elevada por sus productos a niveles que superan la oferta de la economía, tienen incentivos para subir los precios de sus bienes y servicios; en lugar de aumentar sus costos al incurrir en una mayor producción.